Me llamo Natalia Robles, nací en un barrio periférico del Madrid de finales de los ’80 cuando jugábamos en la calle, no cogíamos caramelos en la puerta del cole y pensábamos que escapar de las arenas movedizas iba a ser una parte crucial en nuestras vidas.
El concepto de periferia se ha convertido en parte central de mi energía creativa. Me gusta todo lo cotidiano, lo absurdo, en lo que nadie repara. Me encanta Benidorm, los edificios de ladrillo visto, las plantas que crecen en los descampados, lo que la gente esconde en los armarios de las terrazas.
Según la Universidad Complutense de Madrid soy Licenciada en Comunicación Audiovisual. Pero lo que de verdad soy es una mente creativa y una «yonki» de los colores.
He vivido la mitad de mi vida en Inglaterra, Malta y Holanda donde he trabajado siempre en trabajos serios y corporativos. Por supuesto, y como buena española, también estuve de camarera. No todo va a ser escalar subir y subir por la «big ladder».
Hace unos años fui mamá y al mismo tiempo tuve muchos problemas relacionados con el estrés y decidí dar un «volantazo» vital.
Nos mudamos a León y abrí este rinconcito creativo con el que me gustaría seguir desarrollando mi lado creativo y ayudar a otras personas a descubrirse a través del juego, la creación y la experimentación.
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¡ Vamos niña que me lo quitan de las manos!